lunes, 26 de abril de 2010

Castella y "Dulcecito"


Nombre: Dulcecito nº 28 negro 550 k.
Ganadería: Antonio Bañuelos
Lidiado: 28 de Junio de 2006 Burgos
Sebastián Castella: 2 orejas y rabo

La faena de Sebastián Castella al bravo ejemplar de Bañuelos que cerró plaza fue extraordinaria. Así de simple.
Desde su salida, el toro tomó los vuelos del capote con prontitud, clase y rectitud. Apenas fue castigado en varas, y en banderillas descolgó la cara y se desplazó con profundidad. Tras brindar al público, Castella construyó una faena de sólida estructura. Tres fueron los pilares de su trasteo: ejecución cartesiana, valor espartano y toreo fundamental. Aunque molestado por el viento, el diestro galo cubrió de muleta la cara de su oponente, bajó paulatinamente la altura del engaño, profundizó cada muletazo y empastó las series en un palmo de terreno.
Si buenas fueron las tandas por el pitón derecho, de sublimes se pueden calificar las cuajadas por el izquierdo. Vertical, asentado de plantas, metido de riñones y acompasando con la cintura, Castella soñó el toreo por naturales, antes de recrearse en dos series de templados circulares y unas ceñidas manoletinas. Mató de una estocada en todo lo alto y fue premiado con las dos orejas y rabo. Inolvidable.

martes, 20 de abril de 2010

"Afanes" de Alcurrucén



Nombre: Afanes nº 224 negro entrepelado, jirón y careto 515 k
Ganadería: Alcurrucén
Lidiado: 14 de Marzo de 2005 Valencia
Luis Bolívar: silencio

Ejemplar encastado y codicioso que, al final, remató por arriba los muletazos. Fue innegable la voluntad y disposición del torero colombiano, y también que, en el arranque de faena, sus muletazos surgieron largos y buenos. Pero sus manos, aún poco expertas, no fueron capaces de rematar la obra. Lo tuvo en la mano, pero falló la espada y también falló algo más.

miércoles, 14 de abril de 2010

"Héroe" un encastado "zalduendo" se lo puso en bandeja


Nombre: Héroe nº 149 castaño oscuro, chorreado 579 k.
Ganadería: Zalduendo
Lidiado: 28 de Abril de 2004 Sevilla
Jesuli de Torrecera: 2 orejas


Cuando el espectáculo había alcanzado una tonalidad tan plúmbea como el cielo amenazador que cubrió ayer la Maestranza, y aquello era un funeral, Jesuli de Torrecera acabó con el hastío gracias a su esfuerzo, a su tesón y a rabiosa alegría. Pero no nos engañemos, las dos orejas que le concedieron no tienen el mismo peso que las que le otorgaron a César Rincón. El triunfo llegó en el sexto, un gran toro con celo en el capote, que derribó estrepitosamente en el primer encuentro con el caballo y empujó con el segundo. Parecía afligirse algo ante el castigo. Pero una vez recuperado, fue a más en la muleta.

Jesuli tuvo la virtud de dar pausas al toro entre tanda y tanda y de no quitarle la muleta cuando repetía. Y se metió con él a la desesperada. Dispuesto, con ansias de triunfo, en las afueras, basó la faena en la mano diestra, el mejor pitón de Héroe. Y con rango de héroe fue tratado Jesuli por una labor en la que hilvanaba los pases con ligazón, pero de manera acelerada. Los muletazos se remetían a velocidad de ametralladora. Le faltó serenidad, pero al menos estuvo en su papel de toricantano, de principiante con hambre de triunfos.

Jesuli se distinguió con tres verónicas y una media con compás al recibir al sexto, en una tarde en la que no hubo otra cosa digna de mención en el toreo de capa. En las afueras, de largo, una tanda vibrante con la diestra, otra más, otra más... pero faltó reposo para saborear el toreo. No hubo toreo al natural; por ahí se quedaba corto el astado. El público -con miles y miles de partidarios llegados del Rincón. se contagió de la alegría y sinceridad del torero y enloquecieron cuando mató de un decidido volapié en el que perdió el engaño. Palmas por bulerías. Gritos al palco. Una auténtica locura y la concesión de dos orejas, un exceso para el rigor de una plaza como la Maestranza.

viernes, 9 de abril de 2010

"Calendario" un bravo "torrestrella"



Nombre: Calendario nº 18 negro salpicado 501 k.
Ganadería: Torrestrella
Lidiado: 14 de Julio de 2003 Pamplona
Antonio Ferrera: palmas

Toro con un comportamiento de bravo en toda su dimensión. Ferrera pocas veces logró adaptarse a la velocidad que traía el toro en su alegre y enclasado galope. Bravo, fijo y muy a más el toro en sus profundas y repetidoras embestidas, al pacense, que había puesto un buen par al quiebro, con airoso recorte por los adentros incluido, le obligó a realizar un esfuerzo añadido durante la faena de muleta, especialmente a partir de la segunda serie, en la que el toro cada vez embistió con más exigencia. En la primera tanda, el torero le había llevado largo con la mano izquierda, pero fue a partir de ahí cuando, menos comprometido y menos acoplado, y también algo más despegado, sin coger el aire, le comenzó a pesar demasiado el toro. En las series siguientes, desiguales y con poco mando, varios enganchones y un desarme afearon el conjunto de una labor venida a menos.