domingo, 12 de diciembre de 2010

"Madrileño" de Los Bayones, se quedó sin reconocimiento


Nombre: Madrileño nº 85 negro 550 k.
Ganadería:
Los Bayones
Lidiado: 12 de Marzo de 2008 Valencia
Miguel Abellán: vuelta

Sólo un toro salvó el honor, si es que un toro redime tanta basura de Los Bayones. Fue el quinto el de más aire y fortaleza, el de más clase. Los otros, por falta de potencia, si no se caían, se acababan defendiendo. Éste no. Abellán, después de su renacimiento vital, afrontaba el artístico. Y sobre esto quedan dudas. Hubo buenos momentos una vez que le cogió el temple y la distancia. En concreto dos series de redondos de largo recorrido, buen trazo y ritmo: toro y torero lo fueron incrementando. Fluyó el toreo, sin mecanicismos que vinieron luego. O reiteraciones: a un matador con su tiempo de alternativa -una década ya- no habría que decirle ahora que tenía que haber cogido entonces la izquierda y no a la ¡sexta serie! Cinco tandas de derechazos seguiditas, aunque hubiese un par de ellas lustrosas, acaban sonando como un discurso sin inflexiones de tono. Todavía, allá al final de la faena, el toro tomó los naturales con franqueza y viaje. Abellán, en mejor o regular versión, había hecho lo único de toda la tarde, y por ello a la gente le supo a gloria. Tanto, que le pidieron la oreja obviando el golletazo fulminante.

Pudo ser, pero se frenó ahí la petición (el presidente o no la estimó mayoritaria o valoró el sablazo más que los pañuelos). Total, que la vuelta al ruedo premió en justicia la faena, y nadie, entre pido y no me dan, le echó cuentecita al arrastre del toro.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El Cid se recrea con "Igualado" en Aranjuez


Nombre: Igualado nº 8 colorado 543 k.
Ganadería:
Román Sorando
Lidiado: 3 de Junio de 2007 Aranjuez
El Cid: 2 orejas

El Cid es un torero en estado de gracia. Su gran forma se suma a una indudable clase. Y como sabe que su toreo cala en el tendido, todo lo hace con seguridad, con la absoluta certeza de que le saldrá bien. Pero esa deslumbrante disponibilidad, que le permite mantener en el ruedo una actitud firme y arrolladora, se centuplica porque todo lo hace con calma, con un temple pasmoso. Sus dos faenas fueron muy buenas. Pero la del quinto resultó clamorosa: hubo series por naturales o por redondos absolutamente magistrales, de toreo largo, mecido, asentado, en las que cada pase era un monumento y en las que la ligazón tenía esa música callada, esa melodía intensa que enciende a los graderíos. Dio un pase de trinchera, que surgió por inspiración, sin preparación, porque se le vino el toro que tuvo una belleza y una torería tan bárbara como magistral. Y toreó al paso, en la parte final de la faena, como un maestro consumado.